Tanto los cambios imprevistos como aquellos que impulsamos desde nuestra decisión y acción, pueden, si ponemos atención, compartir un ligero aroma a re invención.
Aroma a tierra mojada, el aroma del cambio
Después de la tormenta viene la calma, y también un ligero aroma de transformación, aroma que anuncia nuevos aires, nuevos oportunidades de cambio y re invención. De la misma forma que la tierra mojada se alimenta de la tormenta para nutrirse y dar vida nueva, nosotros podemos hacer lo mismo, sólo que a partir de lo que podemos, decidimos y tomamos, para aprender y re inventarnos.
Después de la tormenta siempre aparecen dos cosas: el ligero y penetrante aroma a tierra mojada (pretricor) que nos recuerda que estamos en pie y podemos avanzar, y la ligera y refrescante brisa en la cara que anuncia aires de oportunidad y cambio...
¿Qué tengo que aprender de aquí?
Y aunque no podemos quedarnos literalmente con lo mejor de la tormenta, si podemos ser incluso más precisos y efectivos, en lo que hacemos con lo que nos queda de ella, todas las experiencias que nos acontecen diariamente, desde las cotidianas hasta las más significativas, con llevan dentro de su amabilidad e incluso rudeza, la oportunidad de aprender algo que nos pueda enseñar más sobre nosotros en el pasado, que nos pueda ser útil en el presente y que nos permita aplicar lo aprendido para el futuro.
Hasta la mejor tierra necesita su tiempo
Pero como todo en la vida, el proceso de aprender de nuestras tormentas más perfectas, conlleva su tiempo, necesita de su proceso emocional y sentimental, requiere de paciencia para recorrer una y otra vez con nuestra mirada investigadora, para no dejar cabos sueltos, para tomar cada parte de lo sucedido y encontrarle su utilidad, porque definitivamente cada experiencia tiene algo que darnos, de la misma forma que cada gota de tormenta, alimenta la tierra para seguir viviendo.
Flor, fruto o raíz
Ahora bien, cada experiencia y cada tormenta, dejan nuevas posibilidades, que no forzosamente se relacionaran, con lo que éramos antes, pero eso tampoco significa que perdamos nuestra esencia, tenemos que abrirnos a la idea de que en algunas ocasiones, el cambio nos permitirá y ubicará en condiciones inesperadas, y será nuestro trabajo tomar lo mejor que tenemos en ese momento, sea flor, fruto o raíz, y ahí empezar de nuevo con nuestra magia...